Comunicado en respuesta a las acciones de denuncia de la asociación de vecinos Cabanyal-Canyameral.

Reunidas un grupo de personas vecinas de los poblados marítimos queremos hacer presente nuestro rechazo a

las acciones de denuncias sobre viviendas, propiedad de la empresa PLAN CABANYAL-CANYAMELAR, emprendidas por la AVV

Cabanyal-Canyamelar, ya que entendemos que esta manera de presionar al Ayuntamiento de Valencia  y a la Generalitat

Valenciana solo redundará en un agravamiento  de las pésimas condiciones y penurias que atraviesan algunos colectivos

sociales que viven en el barrio, por lo tanto vecinos y vecinas del mismo. 

En esta denuncia

adjuntan una lista en la cual aparecen señaladas las casas ocupadas ilegalmente, marcando, al más estilo hitleriano,  a

todas aquellas personas que no pueden acceder a una vivienda por falta de recursos económicos. Esto supone una nueva

situación de criminalización hacia estas personas, algunas de ellas comprometidas con la lucha vecinal ante la constante

degradación y derribo de inmuebles en las zonas afectadas.

Es

evidente que a casi nadie le gusta vivir rodeada de basura y suciedad, situación que solo se resuelve mediante la

comunicación y reciprocidad entre los vecinos, es decir, con el supuesto “tejido social” con el que tanto se llenan la boca

algunos, y que nosotros ponemos en duda que aún exista en el Cabanyal. Y en este punto hacemos hincapié  en la acusación

que se crea al hablar de objetos de dudosa procedencia (solo os falta decir que seguro que los han robado) y de chatarra

(están haciendo una labor de reciclaje que ya quisieran los ayuntamientos). Además, como algunos ya señalamos hace tiempo,

es el propio ayuntamiento el que ha impulsado la degradación, entre otras maneras, quitando el agua corriente a todas

aquellas personas que no pueden pagarla, convirtiendo lo que era un recurso de todos en un recurso para privilegiados, y

provocando que la falta de agua en muchas casas sea un problema de higiene y salubridad.

Y ni

siquiera podéis ver algo positivo, como que el barrio se ha vuelto a llenar de niños y niñas que vuelven a alegrar estas

tristes calles, abandonadas hace ya muchos años por los propios vecinos “autoctonos” en busca de una modernidad en

edificios, y destrozadas también por la salvaje especulación a la que han sido sometidas.

Pensamos que se está actuando de la misma forma como la que se critica a las instituciones públicas, es

decir, mediante un proceso de gentrificación (echar a los y las vecinas pobres y atraer a gente de un poder adquisitivo más

alto), convirtiéndose en ejecutores de una clarísima injusticia social, y casi con la infantil visión de que el estado se

va a ocupar de las personas desalojadas, cuando ahora mismo están despojando de sus hogares a cientos de personas

hipotecadas.

A veces nos hemos sentido ninguneadas ante esa

opinión de alguna gente del barrio haciéndose eco de la posibilidad de llenar estas casas de erasmus y jóvenes parejas

nacionales o extranjeras con sobrada solvencia, ignorando a otro tipo de personas que han venido aquí a vivir, a luchar, a

aprender, han recibido porrazos y vejaciones y han arreglado y rehabilitado con sus propias manos y sin subvenciones este

entorno, tratándonos además de un “mal menor”.

Es hipócrita ver

como algunos de los integrantes de la Plataforma Salvem el Cabanyal le recriminan al ayuntamiento que ponga solución a la

degradación de las viviendas de propiedad municipal, en cuanto ellos mismos tienen casas vacías, llenándose de ratas y

polvo, sin ninguna gana de darles uso, sino esperando a que una futura revalorización del barrio les sea más

rentable.

Repudiamos esa visión romántica de que el

Cabanyal-Canyamelar vuelva a ser lo que era, no van a volver los pescadores ni Blasco Ibáñez va a levantar la cabeza, este

barrio lo conforman los y las vecinas que lo habitan y por lo tanto merecen un respeto a pesar de nuestras diferencias, y

si lo que se pretende es dejar un barrio más o menos limpio lleno de casas vacías, no será un barrio, será un museo. Lo que

nos importa defender es a la gente del barrio y no un museo arquitectónico.

Advertimos también de la peligrosidad de generar con estas acciones un discurso que, en estos difíciles

tiempos de paro y recortes continuos, rocen el acrecentamiento de opiniones xenófobas, racistas y de exclusión social,

desafortunado ese comentario en uno de los correos de la AVV Cabanyal-Canyamelar, en el que después de pedir colaboración

con fotos y direcciones de las casas “ocupadas ilegalmente” se despide con “Un saludo y buena cacería”.

Entendemos la desazón de los y las vecinas más sensibilizadas pero, los

únicos culpables de toda esta degradación son los especuladores, y si este tipo de acciones inhumanas en las que lo único

que se consigue es barrer a las personas hacia otro lado continúan, no dudaremos en retirar nuestro apoyo y solidaridad

hacia algunos colectivos del barrio y difundir nuestra opinión donde sea.

Con este escrito queremos denunciar la actitud de las cúpulas dirigentes de la AVV Cabanyal-Canyamelar y por

lo tanto a la Plataforma Salvem el Cabanyal que, con esta acción han demostrado de parte de quien están. Su manera de

resolver el problema de la degradación y la pobreza es muy simple: expulsar a la gente sin recursos y revalorizar

económicamente el barrio construyendo nuevas viviendas a las cuales solo podrán acceder población de mayor poder

adquisitivo, desplazando el problema a otro barrio. Estas asociaciones se han quitado la careta: solo les importan las

casas, la gente les da igual. Con esta denuncia están criminalizando la pobreza, y decenas de familias sin recursos se van

a quedar en la calle, vagabundeando.

Para nosotros el problema tiene una solución más compleja: y

es que desplazar la pobreza a otro barrio no resuelve nada, esto es un fenómeno de desigualdad social  y enfrentase a ello

pasa por combatir la injusticia, atacando a las clases opresoras.

Algun@s

vecin@s del Cabanyal