José Luis Facerías, historia de un maquis urbano libertario

placa_0.jpgJosé Luis Facerias o Josep Lluís Facerías, conocido también por «Face» o por «Petronio» por sus amigos y compañeros más íntimos, fue, juntamente con Quico Sabater, uno de los exponentes máximos de la guerrilla urbana en Cataluña, de los años cuarenta y cincuenta.

Jefe de guerrilla, era físicamente un hombre bien plantado, elegante, un verdadero «Dandy».

Intrépido hombre de acción, destacó por su excepcional talento y lucidez, llegando a ser uno de los organizadores más capaces con que contó el maquis urbano libertario de la época. Muy pronto ocupó cargos de responsabilidad, dentro del clandestino movimiento libertario catalán.

Nacido en Barcelona el 6 de enero de 1920, en el 36, estaba afiliado al sindicato de la Madera de la CNT y a las Juventudes libertarias del Poble Sec.(Barrio Barcelonés).

Al inicio de la guerra civil, se alistó a la Columna Ascaso, luchando durante toda la guerra en el frente de Aragón. En una de las últimas batallas de Catalunya, cuando el ejército republicano se batía en retirada, a principios de febrero del 39,fue hecho prisionero.

En este mismo año, perdió a su compañera e hija de meses, cuando ambas iban camino de Francia. Huyendo, al lado de millares de futuros refugiados. Probablemente, nunca llegaron a cruzar la frontera. Ametralladas por los aviones nazis Messerchmitt, que sembraban la muerte de la población que huía.

Facerias, pasó por diferentes campos de concentración y batallones de trabajo, En Zaragoza, Vitoria y Extremadura.

Al ser llamada su quinta bajo el nuevo régimen franquista, pasó de prisionero de guerra a soldado, destinado a una Unidad de Transportes Militares en Barcelona, como conductor y poco más tarde, ocupó el cargo de chofer particular del comandante del cuerpo jurídico Militar.

Licenciado a finales del 45, se incorpora al sindicato de Industrias gráficas de la CNT y se pone a trabajar, primero de camarero y después de cajero en el restaurante «La Rotonda», al pie del Tibidabo.

Todo el tiempo libre de que dispone, lo dedica a la actividad clandestina; Aún era la época de esperanza para muchos, de una intervención aliada, acabada la segunda guerra mundial, de la intensificación de la lucha del maquis rural y sobretodo urbano.

A partir de marzo del 46, (Facerias) fue el animador más dinámico de los «Grupos de defensa» de la barriada barcelonesa del Centro.

Intervino activamente, en las acciones de organización y defensa, de las juventudes libertarias de Catalunya, las cuales volverán a publicar, a partir del 46, «Ruta», su portavoz, que era distribuido, por medio de sacas de películas, que se repartían por cines y bares.

Detenido con otros militantes por la brigada Político-Social, el 17 de agosto del 46, fue encarcelado en la Modelo, hasta julio del 47, que salió en libertad.

En este mismo año, forma su grupo guerrillero y realiza su primera acción: El atraco a la fábrica Hispano-Olivetti, de donde consigue 300.000 pesetas y 100.000 más del Banco Español de Crédito, de la calle Mallorca.

Facerias creía que la lucha armada era la manera más rápida para obtener unos dineros que servirían de apoyo al Sindicato anarquista y a los militantes presos y a sus familiares más necesitados.

De los atracos, cabe destacar, los ocho realizados con su grupo, durante el año 46, con los que consiguió 3.000.000 pesetas, entregados íntegramente a la organización. De estas ocho acciones cabe destacar: la del Banco de Vizcaya de la Calle Rocafort, la del Banco de Bilbao, la del Banco Hispano-Colonial, de la Diagonal y también de la calle Muntaner, la de la Banca Pérez López de Hospitalet y la del Banco Hispano-Colonial de la calle Mayor de Grácia. También, asaltó una fábrica de madera, en la carretera del Puerto, la fábrica ICANSA, del Pueblo Nuevo y la empresa de Automóviles Eucort.

A más de varios atracos a joyerías de Barcelona, también se dedicó a visitar los «Meublés» de lujo frecuentados por gente adinerada. El primero fue el de «Pedralbes» (Barrio Barcelonés muy burgués) de donde se apoderó de los dineros y de las joyas de los clientes. En agosto del 49; se presentó con otros activistas en «La Casita Blanca»(Meublés muy conocido en Barcelona) de donde se llevó 37.000 pesetas y joyas; En mayo del 51 volvió a la «Casita Blanca»; y en octubre del 51 volvió al «Meublé» de Pedralbes.

Por lo que hace a los sabotajes, en agosto del 46, desde un coche en marcha Facerias y sus hombres, ametrallan la Comisaría de Grácia en la Travesera de Dalt, incendiaron los depósitos de un local de la CAMPSA (Gasolina en España) en la calle Sepúlveda, en donde resultaron destruidos 40 coches y también actuó conjuntamente con el grupo de Quico Sabater en la colocación de explosivos en los consulados favorables al ingreso del estado Español en la ONU.

El 1 de abril del 50 -Conmemoración de la victoria franquista-consiguió colocar un potente artefacto explosivo debajo de una tribuna principal en el Paseo de Grácia, y distribuyendo por toda la ciudad, en un coche robado, miles de octavillas antifranquistas, El ocho de abril haría estallar una potente bomba en la comisaría de la Lonja, de la Calle Ancha (Ample), resultando gravemente heridos seis policías y produciendo muchos destrozos.

También, en la carretera de la Rebassada a Sant Cugat, realizaría la «operación Documentación», (agosto 49) que consistía en desviar los coches por un camino que conducía a la masía llamada «Mas del Bosc»,donde examinaban los pasaportes y la documentación y se apoderaban de los de más interés para falsificarlos.

El armamento empleado por los grupos de acción de Facerias, estaba compuesto de ametralladora «Stein» y «Thompson», pistolas «Parabellum» «Walter P.38», «Colt» calibre 45 «Star» calibre 9mm.largo, y bombas de mano, carabinas americanas automáticas, detonadores, dinamita, trilita y plástico.

Facerias era un dirigente nato, que contó siempre con la confianza de todos sus compañeros de lucha, la mayor parte de los cuales morirían en enfrentamientos con la policía, o la guardia civil, como es el caso de su mejor amigo y colaborador, Guillermo Ganuza Navarro o Antonio Franquesa y César Saborit.

Facerias actuó en ocasiones conjuntamente con otros grupos como es el caso del grupo de Quico Sabater, o el de Wenceslao Orive.

En el otoño del 51, después de la caída de tres componentes del grupo de Facerias, la policía pudo conseguir de los detenidos una cita a la que había de acudir Facerias el 26 de octubre. Este llegó en bicicleta veinte minutos antes y no observó nada sospechoso, aunque la trampa estaba ya preparada.

En la huída, «Face» se deja una cartera donde llevaba una dirección de la Calle Arenys del (Barrio) Carmelo, (donde guardaba armamento y propaganda antifranquista). Sin pensarlo dos veces se dirige hacia la casa, para llegar antes que la policía, y tener tiempo de llevarse lo más importante. Cuando salía, fue asaltado, con fuego cruzado de armas automáticas, pero, pese a todo, consiguió huir de nuevo. En el enfrentamiento habrá un agente muerto y nueve heridos.

Durante los días siguientes se acordonarán islas enteras de casas para efectuar registros. La policía Armada patrullaba por las calles barcelonesas, en grupos de seis y en algún barrio los viandantes, fueron constantemente molestados.

Todo esto, contribuía más a aumentar la popularidad de Facerias en Barcelona, el cual llegó a adquirir como Quico Sabater, las dimensiones de mito.

A principios del 52, Facerias huiría a Francia, pero delante del riesgo de ser detenido por la policía francesa, que le buscaba y en caso de detención lo habría extraditado a la policía española, decidió marchar a Italia, donde entró clandestinamente por la montaña, el mes de junio del 52.

Allí colabora intensamente con los grupos anarquistas italianos y tomó parte en la creación de los Grupos Anarquistas de Acción Proletaria.

A pesar de que en el 53 la CNT del exilio francés había desautorizado la lucha armada, Facerias decidió volver a Barcelona, después de no llegar a un acuerdo conjuntamente con Quico Sabater, salió de Toulouse acompañado de Luis Agustín Vicente, alías «El Metralla» y del italiano Goliardo Fiaschi. En la frontera notaron que había una intensa vigilancia, pero ellos se hicieron pasar por excursionistas.

Equipados los tres con mochila y bicicleta siguieron hasta Sant Joan de les Abadesses.

En Sant Quirze de Basora,»El Metralla» no quiso seguir en bicicleta y cogió el tren.

Facerias y Galiardo, siguieron el viaje en bicicleta, pasando cerca de Vic, bordeando el Montseny hasta llegar a Granollers, y de allí a Mataró, y finalmente hacia el Tibidabo era el 27 de agosto.

Se refugiaron en una cabaña-Chalet, disimulada entre los pinos del bosque de Sant Medir.

Aquella misma noche, era detenido «El metralla», el cual se rindió sin oponer resistencia.

La policía no hizo ningún disparo: se trataba de capturarlo vivo.

Al día siguiente, fue detenido Goliardo, cuando volvía a la Cabaña/ Chalet del Tibidabo.

La policía montó guardia toda la noche, a la espera de Facerias, pero éste no se presentó.

Sin tener noticias de la detención de sus compañeros, el día 30, «Face» se dirigió hacia una cita, a las once de la mañana, en la confluencia de las calles Dr.Urrutia y Pi i Molist, junto al Paseo de Verdum, prácticamente delante de la puerta del manicómio de San Andrés.

Hacia las 11 y cuarto, unos agresores invisibles disparan, herido, se mira la pierna derecha, tenía el tobillo fracturado. En un instante vuelven a disparar. Facerias se incorpora con dificultad, con la idea de salir de aquella trampa, se apoya el vientre en la baranda y dándose impulso con las manos se deja caer al otro lado, en un solar de cuatro metros de desnivel.

Aún pudo sacar una bomba de mano, pero desde unas ventanas de la calle Nilo sonaban descargas de armas automáticas; el Cuerpo de Facerias cae inmóvil, sin vida, con la bomba de mano en sus dedos crispados, su cuerpo tenía nueve impactos de bala, la mayoría mortales.

Un número impresionante de policías y todo un destacamento de la Guardia civil, estaban esperando, bien escondidos detrás de las ventanas y de los terrados.

Su muerte, es posiblemente, como lo señalan todos los indicios, debida a una delación del «Metralla» compañero del último viaje el cual delató la cita, a cambio de salvarse él.

Con su muerte, nada más quedaban dos grupos guerrilleros en Catalunya; El de Quico Sabater y el de Ramón Vila Capdevila.

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