¿Sindicalismo de gestoría y financiado?

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Ángela Sánchez García

Miembro de CGT

Desde mi experiencia entiendo que el sindicalismo es autodefensa de los derechos de la clase trabajadora, defensa en primera persona junto a los demás, de derechos sociales y búsqueda de transformación social con el objeto de lograr un mundo más justo. Digo autodefensa porque la mejor forma de avanzar es implicarse directamente en todos los procesos: de lucha, de decisión, de negociación…
Delegar lo imprescindible, más bien nada. Por eso la participación en la Asamblea es un elemento esencial para CGT. Somos responsables de lo que hacemos o dejamos de hacer y las decisiones llegarán más o menos lejos dependiendo de lo que estemos dispuestos a asumir y pelear o nos dejen. La autoorganización es un eje principal en torno al cual debe girar la lucha obrera, la lucha de la clase trabajadora.
Visto así parece algo utópico pero es que los sueños y las expectativas son necesarias para nuestro proyecto como seres sociales, personas en que lo colectivo tiene tanta importancia como lo individual. Si no llegamos más lejos seremos responsables de nuestro fracaso. Desde luego hay momentos más o menos propicios en los que los avances y mejoras pueden llegar más lejos o periodos de auténticos cambios revolucionarios.
Podemos concebir el sindicalismo o el sindicato como un medio para conseguir solucionar problemas individuales y no mirar más allá. El sindicato “gestoría” que resuelve mi tema sin importarme lo que tengo al lado. El sindicato gestoría o incluso el sindicato empresa que tiene a su servicio gestores y que se comporta como una auténtica empresa en el mercado capitalista que nos envuelve. Que vende el producto: seguros de vida, seguros si te pones enfermo, viajes, vacaciones, cuotas super-rebajadas…que también despide a sus trabajadores como otra cualquier empresa.
Este no es el “sindicalismo” al que yo aspiro y por el que me muevo. No es mi modelo ideal de lucha.
¿A quién nos debemos como sindicato los que participamos en la vida sindical y estamos en pie de lucha día sí y otro también?
Aquí hay un elemento fundamental: la financiación. ¿Quién financia los sindicatos?
En CGT somos bastante estrictos en este punto. En nuestros congresos hemos adoptado la decisión de que debemos autofinanciarnos. Hemos renunciado expresamente a financiarnos a través de cursos de Formación con dinero Público. Nos repugnan los tristemente abundantes casos de Corrupción de esas organizaciones sindicales que se ha financiado fraudulentamente con dineros públicos con la escusa de la formación etc. En CGT nos hemos personado como acusación particular en varios procesos judiciales: de los ERES de Andalucía (que ha salpicado a los sindicatos CCOO y UGT) , caso Bankia y caso Gurtel.
La independencia de un sindicato es imprescindible para luchar en el terreno político, sindical, social. No queremos ser correa de transmisión de ningún grupo ni político ni de poder de otra categoría. Considero que esa independencia es la premisa necesaria para navegar en este proceloso mar de la sociedad actual y de lucha de clases. Nos debemos a la clase trabajadora porque somos nosotros mismos esa clase. No somos ni queremos ser intermediarios que a cambio de ceder en las negociaciones se lleva una buena remesa de dinero para callarnos la boca. Las bases, las trabajadoras y trabajadores son la prioridad y contar con ellas es condición sine qua non para llegar a acuerdos con la patronal.
¿Es necesario el sindicalismo?
El trabajo y la producción son las bases de las sociedades humanas, que han oscilado desde sistemas solidarios y de apoyo mutuo a sistemas de explotación (esclavismo, feudalismo, capitalismo, comunismo de estado,…) El sindicalismo nace con los movimientos de lucha y organización de los trabajadores que se sienten explotados y que ven como todos los recursos naturales y sociales se organizan para el enriquecimiento y el beneficio de unos pocos. En la sociedad capitalista actual el problema es tan grave que alcanza a todo el planeta e incluso se está empezando a poner en peligro la existencia misma de la diversidad biológica. Destrucción masiva de bosques, calentamiento global, muertes por hambre en unos sitios y por obesidad en otros, desigual consumo de los recursos energéticos, contaminación de agua, suelo y aire, proliferación del armamento y de la industria militar, peligro de guerra o catástrofe nuclear,…son asuntos tan importantes y que nos afectan a todos y que hacen necesario que todos los trabajadores /as que vivimos en la Tierra nos sintamos implicados en “qué producimos, cómo lo hacemos y para qué”. Claro que sí son necesarios los sindicatos para cambiar la realidad y mientras haya desigualdades e injusticias sociales. Es más, vemos como estas se han agudizado y cada vez los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Como botón de muestra tenemos a nuestro país, España, en el que los índices de pobreza han aumentado de manera alarmante. Lo más duro el lugar en el que el sistema capitalista neoliberal deja a los mayores, con pensiones muy bajas o sin cuidados y sobre todo a nuestra juventud, que los arroja al paro, a la emigración y a la desesperanza. Ello sin hablar de las condiciones laborales de buena parte de la población que día a día se han ido deteriorando y asemejándose a la ley de la selva del capitalismo cada vez más salvaje.
Por todo ello sí es necesaria la toma de conciencia, abrir los ojos a lo que está ocurriendo y tomar las riendas de nuestra lucha. Todos somos necesarios en este envite y aunque pertenezcamos a organizaciones diferentes es preciso la unidad en la lucha. Porque el enemigo es muy fuerte. No obstante la fuerza y la capacidad de transformación que tenemos los humanos es muy grande. Se trata de ser protagonistas de nuestra propia historia de nuestra propia lucha.
Los principios o señas de CGT son : Independencia de nuestras decisiones. Autonomía económica. Honestidad y transparencia. Libertad individual e igualdad. Organización de abajo hacia arriba y federalismo y por supuesto Deseo y esperanza de cambiar las cosas.
Hay otras muchas cuestiones que en esta intervención no he aludido pero que no dejan de ser importantes. Me he ceñido a lo que consideraba esencial. Pero no quiero dejar de lado la autocrítica, a la participación de los y las trabajadoras que no deja de ser baja y al individualismo que nos enfrenta en ocasiones entre nosotros mismos y que es un arma de la que se vale el capitalismo para dividirnos y aislarnos.

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