Nueva protesta estudiantil en Valencia.

Unos 500 estudiantes han salido de nuevo a la calle en la

tarde de este viernes en Valencia para reclamar el cese de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Paula

Sánchez de León, y para mostrar una vez más su rechazo a la actuación policial del pasado lunes en el centro de la

ciudad.

     La protesta, como ya es habitual, ha partido del Instituto Lluís Vives, convertido en símbolo de

la denominada ‘primavera valenciana’ en torno a las 18.00 horas y se ha dirigido a la Plaza del Ayuntamiento,

donde se han coreado consignas como ‘cap agressió sense resposta’ (‘ninguna agresión sin respuesta’) o ‘som estudiants,

no delinqüents’ (‘somos estudiantes, no delincuentes’).

     Asimismo, como ya ocurriera en la tarde de ayer, los manifestantes han continuado con sus reivindicaciones realizando sendas

paradas en las inmediaciones del expresidente de la Generalitat Francisco Camps y de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá,

y han proseguido su marcha hacia la sede de la Delegación del Gobierno en la calle Colón, donde han permanecido cerca de 40

minutos y donde han criticado nuevamente la actuación policial de esta semana.

A lo largo de esta céntrica calle, los manifestantes, en

un ambiente festivo, han bailado canciones como ‘la corrupción camina pa’lante, la educación camina pa’trás’ y se han

dirigido hacia la Gran Vía Fernando el Católico. Al colapsar la circulación en ambos sentidos de esta arteria del centro de

la ciudad, algunos conductores han mostrado su desacuerdo con la protesta.

 Posteriormente, tras una breve

parada ante la Jefatura Superior de Policía, han continuado, como también viene siendo habitual, hacia la sede del PPCV,

donde han guardado un minuto de silencio. En este punto, la mitad de la marcha se ha disuelto y el resto han continuado

hacia las Torres de Serranos, donde han realizado una nueva sentada que ha obligado a paralizar el tráfico, y han

proseguido su camino hacia las Corts, donde han vuelto a protagonizar una sentada y donde varios de los manifestantes, con

la cara tapada, han provocado durante varios minutos a los ocho agentes nacionales que se han acercado hasta la puerta de

la sede parlamentaria.

CADENA HUMANA EN EL LLUÍS VIVES
Centenares de estudiantes, padres, madres y profesores se han abrazado este viernes en una cadena humana alrededor del

IES Lluís Vives de Valencia para protestar contra los recortes, los impagos y la «violencia policial exagerada» de los

últimos días, así como para reclamar la «depuración de responsabilidades» y la «limpieza de los expedientes policiales»

de los detenidos en las protestas estudiantiles de los últimos días.

Ataviados con silbatos, algunos libros, globos

en forma de corazón y carteles en los que se podía leer ‘Volem qualitat, sense retalls’ (Queremos calidad, sin recortes),

‘Hartos de su indiferencia’, ‘Menos corrupció, més educació’ (Menos corrupción, más educación), los concentrados, que

han permanecido en todo momento en la acera sin cortar el tráfico, han coreado y han dado palmas al son de lemas como

‘Delegada dimisión’, ‘Volem el Vives lliure i més educació’ (Queremos el Vives libre y más educación), »Somos del

Lluís Vives y estamos orgullosos’ o ‘Volem educació de qualitat, no brutalitat’ (Queremos educación de calidad, no

brutalidad).

Durante la protesta, que se ha iniciado a las 14.45 horas durante cerca de media hora, tras

finalizar el horario lectivo, la Asamblea global de padres, madres, profesorado y alumnado del centro ha querido hacer

público un comunicado «ante la reiterada manipulación por parte de algunos medios de comunicación» y ha querido demostrar

que son todos «una piña, todos a una, como Fuenteovejuna» –en alusión a la obra de Lope de Vega–.

Así, han

recordado que hasta el pasado miércoles 15 de febrero, las reivindicaciones de los alumnos del Lluís Vives eran

«exactamente las mismas que hace todo el sector educativo de la Comunitat Valenciana, motivadas por los impagos, los

retrasos y los recortes de la Generalitat».

Por ello, el 13 y el 14 de febrero, también a las 14.45 horas, al

acabar las clases, un grupo de unos 40 alumnos cortaron el tráfico de la calle Xàtiva durante cinco minutos. El día 15

de febrero, cuando se disponía a realizar la misma protesta, «les esperaban unos cuantos vehículos de la Policía Nacional que actuaron contra ellos de manera violenta y se llevaron a uno de los alumnos

detenidos y esposado, menor», ha remarcado José Manuel, en declaraciones a los medios, en nombre de la citada Asamblea.

Ante estos hechos, «exigimos depuración de responsabilidades, limpieza de los expedientes policiales y que se

respete el derecho de la comunidad educativa del Lluís Vives a continuar con su tarea en un clima de paz y de respeto de los

valores democráticos. Que se respete nuestro derecho a seguir de una manera pacífica con nuestras reivindicaciones», ha

subrayado.

En este sentido, ha criticado la «violencia policial exagerada» frente a las protestas estudiantiles y ha lamentado que «hasta

ahora no ha habido demasiada respuesta, en esta comunidad hay pocas dimisiones», ha apuntado.

¡No me pegues, por favor, no me pegues!´

 «No me pegues, no me pegues», suplicaba Anna P. al policía. «Vete, vete a casa», respondía el

agente. «No me voy, estoy aquí defendiendo mis derechos», replicaba la joven de 16 años que el pasado lunes perdió la

inocencia cuando después de acudir a la concentración convocada a las puertas del instituto Lluís Vives, se vio sola entre una pared y una carga policial. Delante de un agente antidisturbios que se

paró ante ella porra en mano, Anna sufrió un ataque de nervios que la paralizó y le hizo romper a llorar.

«Los chavales se

pusieron a cortar calles, todo muy adolescente y gamberro, hasta que la policía se puso nerviosa porque tuvo la sensación

de que se estaban burlando de ellos», cuenta el fotógrafo que todavía no puede olvidar el momento de la primera carga

policial en Matemático Marzal: «Se liaron a dar palos a chiquillos, era alucinante».
La primera vez que Marc se cruzó

con Anna, ella estaba llorando en la plaza del Ayuntamiento «preguntándole a la policía por qué le pegaba y diciendo que

tenía sólo 16 años». La joven, que cursa primero de bachillerato, cuenta que aquella tarde recibió varios golpes: «Me dieron

por la espalda mientras corría». Sardón volvió a verla al final de la calle Colón, ante el número 2 de Navarro Reverter,

donde captó el terror en su cara.

(Agencias)