Entrevistamos a Alfonso Domingo, director del documental ‘El ángel rojo’, que narra la vida de Melchor Rodríguez y ahora se estrena en Madrid.
Alfonso Domingo no es nuevo en esto de los documentales. Su trayectoria en diarios, radio y televisión viene desde hace mucho tiempo. Podemos decir que es alguien que nunca ha parado. Actualmente esta haciendo una auténtica gira presentado uno de sus últimos documentales, Heroes invisibles, un trabajo que cuenta la historia de los afroamericanos en la Guerra de España, en ese Batallón Lincoln de las Brigadas Internacionales.
Pero tampoco es neófito en el estudio de la figura de Melchor Rodríguez. En el año 2009 publicó el libro El ángel rojo. La historia de Melchor Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el Madrid republicano. Ahora parte de esa investigación del que fuese uno de los militantes anarquistas más destacados de Madrid y Director General de Prisiones se ha hecho documental de su mano, El ángel rojo. Un trabajo de calidad para una figura que lo necesitaba.
¿Por qué un documental sobre la figura de Melchor Rodríguez?
Simplemente, porque lo merece. Fue un reto que me lanzó Eduardo Pons Prades en una entrevista que le realicé en 2001, y suelo responder a los retos, más si merecen la pena como éste. Un hombre que en plena guerra civil salva a sus enemigos merece un libro, un documental y una película, además del reconocimiento general de una sociedad.
Hace un tiempo publicaste un libro sobre la misma figura, ¿qué aporta el documental a los estudios que has realizado sobre el personaje?
La opinión de las personas que le conocieron, entre ellos algunos de sus familiares –su hija y su sobrino cuentan cosas que dan humanidad y profundidad a la persona y al personaje–, de historiadores, la grabación de los sitios donde realizó su labor, la publicación de fotos desconocidas hasta este momento que he incorporado, nuevos documentos. Unas cuantas cosas.
¿Dónde has encontrado mayor dificultad a la hora de documentarte sobre Melchor Rodríguez?
En encontrar el discurso que hizo en la entrega de la medalla que le dio Boby Deglané, en 1964, en un programa de radio. Esa grabación se mandó a la censura y sé que debe de estar en una nave, en Arganda, con documentación de cintas de radio de ese momento. Pero ese inventario está por hacer. También en que, aunque de Melchor existen muchas fotos, solo hay dos segundos de imagen en movimiento en super 8 al final de los años 60.
Al anarquismo siempre lo vinculan a las peores páginas de la historia de España y del mundo. Un error de concepción de lo que fue y significó el anarquismo. ¿Crees que el documental puede ayudar a romper esos lugares comunes que sobre el anarquismo existen?
Espero que sí. En el anarquismo había varias corrientes y tendencias, pero por encima de eso los verdaderos anarquistas no eran destructores ni asesinos. Hay una vocación de humanismo obrero admirable en muchos libertarios. Melchor no fue el único, ni mucho menos, hubo muchos que salvaron la vida a gente que eran contrarios a sus ideas. Y eso merece ser contado.
Melchor Rodríguez es un personaje admirado por muchos sectores y también denostado. Sin embargo, llama la atención que en muchas ocasiones todos esos sectores de la derecha ocultan que Melchor era anarquista. ¿No crees que en esas circunstancias se desfigura lo que fue la verdadera figura de Melchor Rodríguez?
Bueno, siempre hay una tendencia en hacerle aparecer como una especie de santo laico. Pero también hay que reconocer que otros que no son libertarios afirman que si todos los anarquistas fueran como Melchor, ellos lo serían.
¿Qué destacarías, por encima de cualquier cosa, de la figura de Melchor Rodríguez?
Un hombre de ideas firmes, con temple y valor, que quizá le venía de su época de novillero, un luchador nato que creía en la belleza, la poesía y la justicia. Un hombre de otra época, autodidacta con un gran corazón, como muchos de los libertarios de entonces. Y un poco cabezota, también, como aquellos libertarios, descuidó a su propia familia. Pero es que la realidad de España era entonces mucho más aguda y cruda.
Melchor fue militante de la CNT y de la FAI de Madrid. Una ciudad donde el anarquismo empezó a cobrar importancia a partir de la Segunda República. ¿Cómo contribuyó Melchor Rodríguez a ese avance?
Con artículos en todos los periódicos obreros, con consignas en las huelgas, con actuaciones en el comité propresos. Destaca su apoyo a la ‘Libertaria’, la superviviente de la matanza de Casas Viejas, así como sus críticas a los gobiernos llevando la cuenta cada año de las víctimas de la represión. Su labor interna fue también muy variada, no exenta de enfrentamientos o críticas con otros compañeros, por ejemplo, porque él estaba en contra de los atracos y la violencia innecesaria.
Una vez que estalla la Guerra, Melchor cobra importancia. Su actividad al frente de la Dirección General de Prisiones fue destacada. ¿Quiénes fueron las personas a las que Melchor salvó la vida?
Miles y miles, más de 12.000 según él, que era el número de presos de ese momento. En cuanto a figuras destacadas, por ejemplo, Muñoz Grandes, Raimundo Fernández Cuesta, Martín Artajo, y muchos más. Paró las sacas de las prisiones y se enfrentó a los miembros de las checas. Refugió a decenas de personas en su casa, a otras las sacó por embajadas. Una labor inmensa.
¿Sabes si existió algún Melchor Rodríguez en la retaguardia de los sublevados?
Hay algunos casos, como el capitán de marina que intercedió por los marineros vascos a los que había combatido o Smerdou, el cónsul de México en Málaga. Hubo personas a nivel individual, pero como Melchor, ninguna, ni en cantidad ni en calidad de los salvados.
A pesar de los esfuerzos, ¿cuál fue la actitud que el franquismo tuvo con Melchor Rodríguez?
Lo condenó a muerte, que conmutó por 20 años, en un juicio amañado. No podía haber un rojo bueno en la calle. De los 20 años cumplió algo más de cinco por la intercesión de Muñoz Grandes.
Actualmente la figura de Melchor es poco conocida. ¿Se le han realizado homenajes? ¿Madrid le ha rendido algún tributo al que fue Director General de Prisiones y último alcalde de la ciudad?
Ha habido algunos homenajes de CGT, un folleto que escribimos Jose Luis Gutiérrez y yo para la Dirección de Prisiones, que por cierto, denominó un centro de reinserción con su nombre. Y el Ayuntamiento ha decidido por unanimidad, y por cierto, a propuesta de Ciudadanos, otorgarle una calle importante en Madrid, aunque aún no se ha decidido dónde.
¿Qué valores puede aportar en la actualidad un personaje como Melchor Rodríguez?
La tolerancia y el respeto por la vida, el respeto, la lucha por la justicia y por las ideas, que entre todos podemos hacer un mundo mejor.Y que hay que intentarlo.
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«Según los eternos enemigos de la clase trabajadora y, sobre todo, de los hombres que piensan, luchan y se sacrifican por redimir a la Humanidad de la esclavitud y de la tiranía a que la tiene sometida una cesta de haraganes privilegiados, los que dominantes por la fuerza que les reporta su dinero, se aprovechan de la ignorancia de los desposeídos, para encadenarlos al infamante yugo de la antihumana explotación, volcán generador de miserias, de dolores, de infinitos tormentos. Al decir, repito, de los explotadores de la riqueza y de la conciencia humanas, los anarquistas somos:
“Pistoleros, extremistas,
bandidos, atracadores,
asesinos, castradores,
aguiluchos terroristas
y eternos perturbadores.
Nos dicen desesperados
que matamos por dinero.
nos pintan con gesto fiero,
y nos llaman depravados,
vagos y dinamiteros… “Sin embargo son tan estúpidos y torpes que no se dan cuenta que con tales afirmaciones solo consiguen escupir hacia arriba, lo que hace que les caiga más encima. Porque si anarquía fuese luto, sangre, llanto, dolor, depravación, asesinatos…. y en fin, exterminación de humanos semejantes, habríamos de convenir en que los verdaderos anarquistas son:
Los ministros, los fiscales,
los reyes y los obispos,
los jefes de fuerza armada,
la gentuza uniformada
de apetitos criminales,
los jueces y magistrados
que condenan y exterminan,
los que a los hombres calcinan
tras de verlos fusilados ….
Todos aquellos que en nombre
de un rey, de un presidente,
o de una patria indecente
matan a su hermano el hombre.
Que si Anarquía es matar,
sembrar dolores y llantos
y miserias y quebrantos…
justo será constatar
que son anarquistas tales
y seres sin corazón
los que cobran porque son
del crimen profesionales.Pero como Anarquía no es crimen, ni robo, ni vagancia, ni exterminio, que tales cosas son las “virtudes” institutivas de los entes mencionados, no pueden ser anarquistas sino los hombres que se sacrifican por el bienestar de la Humanidad toda; los que aman a sus semejantes y luchan por la libertad, por los derechos naturales y por la vida de todos los hombres, incluso hasta por la vida de sus más encarnizados enemigos con tal que estos dejen de serlo. Porque anarquía es amarse y entenderse libremente, sin explotación, sin esclavitud, sin autoridad, sin leyes artificiales, ni trabas de ninguna clase. Porque anarquía es la nunca relajación de la dignidad y de la moral humanas. Porque Anarquía destruye todas las fronteras y solo reconoce una patria única; el Universo entero; y una sola familia: la de todos los hombres del mundo, sin distinción de razas ni de clases. Todos hermanos en franca comunidad libertaria. Y, en fin, porque Anarquía, para que lo sepan de una vez los ignorantes y los malvados, para que vean los ciegos y oigan los sordos, es, nada más y nada menos, que;
Belleza, Amor, Poesía,
Igualdad, Fraternidad,
Sentimiento, Libertad,
Cultura, Arte, Armonía,
La Razón, suprema guía.
La Ciencia, excelsa verdad,
Vida, Trabajo, Bondad,
Satisfacción, Alegría….
Todo esto es Anarquía,
Y Anarquía ¡Humanidad!. «
Melchor Rodríguez
Madrid, junio 1933.[/dropcap]