Nuevo número de La Brecha con el sugerente título de “La producción de alimentos baratos: el caso de los cerdos capitalistas”. El Gabinete de formación y estudios de CGT presenta el primer número de 2024 de la publicación con un texto del sociólogo Antonio J. Ramírez.
La Brecha es una publicación orientada para dar visibilidad a las distintas realidades laborales y circunstancias sociales y económicas que vivimos la clase trabajadora. Este mes de enero, en el número 19 de la publicación, queremos hablar sobre alimentación, producción capitalista e industria agroalimentaria. Lo hacemos de la mano de Antonio Ramírez: Doctor en Sociología por la Universidad de Murcia, ayudante doctor en la Universidad Complutense de Madrid desde 2020, interesado en la Sociología del trabajo, de la agricultura y las migraciones. La industria agroalimentaria impone un modelo de alimentación que genera múltiples consecuencias sociales, económicas y ambientales, porque no comemos lo que queremos, sino lo que podemos pagar. La producción de carne barata de cerdo es central en esta dinámica capitalista. Es un tipo de carne con un índice metabólico bajo, consume mucha menos energía de la que aporta, además son animales con una elevada tasa de reproducción y que crecen muy rápido en poco tiempo.
España es un país especializado en la producción intensiva de carne de cerdo, una actividad industrial que necesita ocupar un amplio territorio para su desarrollo y consumir gran cantidad de recursos (humanos y extrahumanos). La producción de esta carne es producto de una compleja cadena de montaje global que se materializa en múltiples territorios: los cultivos de soja en el Amazonas, la pampa argentina o el medio oeste americano; y múltiples elementos: los laboratorios de investigación, las granjas de cerdos, las balsas de purines, las extracciones de agua requeridas por las granjas intensivas, los mataderos y las factorías de transformación cárnica. Esta creciente especialización e intensificación productiva, con explotación laboral y malas condiciones de trabajo, está favoreciendo la concentración de la propiedad de estas infraestructuras productivas en grandes empresas, expulsando o absorbiendo a pequeños y medianos ganaderos.
Para el colectivo editor de La Brecha: “La industria agroalimentaria impone un tipo de alimentación con enormes consecuencias sociales, económicas y ecológicas. La producción industrial de alimentos baratos, como la carne de cerdo, es central para el desarrollo del sistema capitalista y el modelo de consumo actual. En este primer número de La Brecha de 2024, Antonio J. Ramírez profundiza en la industria porcina y nos muestra el elevado coste social y ambiental que ocasiona. El caso de los cerdos capitalistas nos invita a reflexionar y replantear una reestructuración del modelo que permita eliminar toda práctica que suponga cualquier daño para personas, animales y medioambiente”.