La justicia da un varapalo al «Guantánamo valenciano».

Un auto del juzgado de

vigilancia del CIE de Valencia insta a la dirección del centro a cumplir con su obligación de facilitar atención social a

los presos, dignificar la atención médica, garantizar la atención jurídica y eliminar las limitaciones de las visitas de

familiares, así como el libre acceso al mismo de las organizaciones de defensa de los derechos de las personas migrantes.

LAS ORGANIZACIONES PRO DDHH CONSIDERAN «HISTÓRICO» EL AUTO.

La

pesadilla puede haber encontrado una vía hacia su fin. «Este auto es histórico. Puede parecer rimbombante, pero en la

lucha por el reconocimiento de los Derechos Humanos a las personas migrantes tiene esa trascendencia». Así lo aseguraba

ayer Salva Lacruz, portavoz de las oenegés que han llevado adelante la Campaña por el Cierre

de los Centros de Internamiento para Extranjeros, que ahora ha dado un enorme paso en su lucha por la eliminación de

este remedo de Guantánamo ubicado en nuestras propias tierras.

Y es que la situación de

impunidad con que funcionaba el CIE de la calle Zapadores, en pleno corazón de València, se vio ayer cercenada cuando,

después de reunirse con miembros del equipo jurídico de la Campaña, letrados del turno de extranjería del Colegio de

Abogados de Valencia, y realizar varias visitas de inspección, el juez Francisco de Asís Silla, titular del juzgado

de vigilancia del CIE de Zapadores (número 3 de Valencia), comunicaba en la mañana de ayer a la dirección del centro y a las

organizaciones de la Campaña un auto que recogía y señalaba las graves anomalías en el trato a las víctimas de reclusión en

el centro (tantas veces denunciadas por estas oenegés), exigiendo al tiempo su rectificación inmediata.

«Entendemos que hay cosas que no se

pueden hacer de inmediato, como las modificaciones en las instalaciones que requieran de obra, o incluso las asistencias

que requieran de contratación, que requerirán de algún mínimo proceso administrativo, pero no nos cabe duda de que la

administración va a empezar a cumplir la sentencia en breve», aseguraban ayer desde las organizaciones pro

DDHH

El auto subraya la preocupación del juez en cuanto a las condiciones de vida

de las víctimas de reclusión en aspectos gravísimos y señala que el estado tiene obligación de salvaguardar los derechos y

libertades reconocidos para los internos según el ordenamiento jurídico, que son todos salvo su libertad ambulatoria. Por

ese motivo, el auto ordenaba que, con carácter inmediato, la dirección del CIE dote al centro de asistencia social,

dignifique la atención médica (homologándola al sistema sanitario público) y garantice la atención jurídica sin

limitaciones y en condiciones de privacidad. A su vez señala que los internos tienen derecho a la asistencia de

organizaciones de defensa de los derechos de las personas migrantes y ordena que se permita por fin la entrada a las ONG

que llevan más de un año reclamándolo. Igualmente, tras lamentar las condiciones en la zona de visitas, el juez ordenaba

que se eliminen las barreras físicas para que internos y familiares puedan tener disponer de todo el tiempo necesario y con

intimidad.

«Entendemos que hay cosas que no se pueden hacer de inmediato, como las

modificaciones en las instalaciones que requieran de obra, o incluso las asistencias que requieran de contratación, que

requerirán de algún mínimo proceso administrativo, pero no nos cabe duda de que la administración va a empezar a cumplir la

sentencia en breve», aseguraba Lacruz ayer a l’Informatiu. Por lo pronto, lo que no requiere de mayor espera es

el derecho de las organizaciones de defensa de los derechos de las personas migrantes a acceder al recinto, que estas

ejercerán a partir de la próxima semana: «y lo haremos de modo ordinario, sin esperar ya a hablar con Delegación del

Gobierno, sino que vamos a ejercer nuestro derecho de entrada tal y como establece la Ley de Extranjería y reconoce ahora

también el auto».
 

Aunque cabe recurso al auto, las organizaciones descartan que

desde Delegación del Gobierno se vaya a recurrir. «En el CIE de Aluche no han recurrido —una sentencia similar— y

no creemos que vaya a hacerlo ahora», añadía Lacruz del recurso de una decisión judicial , que viene precedida por una

de la misma naturaleza para el CIE de Madrid y por advertencias del Defensor del Pueblo. No obstante, desde la Campaña por

el Cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros celebra la decisión del juez recuerdan que la vulneración de los

derechos fundamentales de las personas migrantes a través de su reclusión en CIEs sigue siendo inaceptable (siguen abiertas

investigaciones por malos tratos y torturas policiales en el CIE de Zapadores) y exigen al Estado Español su

desmantelamiento, además del cese de la represión policial, el control de fronteras y las deportaciones

masivas.