30 años de las siglas CGT. Pequeños apuntes de una gran historia

Rojo y Negro/Jacinto Ceacero

Continuidad y ruptura. La CGT no solamente existe en la histo- ria, no solamente encarna una tradición y responde a una uto- pía, sino que vivencia aquí y ahora su posibilidad.

Seguimos creciendo, seguimos reu- niendo fuerzas, seguimos abriendo la brecha contra el poder. Celebré- moslo. Agrandémosla.

25aniversariodelCongresodeUnificación(1984-2009)

Fue en el I Congreso Extraordinario celebrado en la Casa de Campo el 29 de abril de 1989, por «imperativo legal», tras una sentencia del Tribu- nal Supremo de 7 de abril de 1989 que ponía fin a los últimos diez años, de «enfrentamiento del anar- cosindicalismo» ante los tribunales, transcurridos desde el V Congreso de CNT de 1979, cuando se adop- taron las siglas CGT (Confedera- ción General del Trabajo).

Pero no vamos, en este breve artículo, a profundizar en lo acontecido en ese V Congreso, en los Congresos y Plenos poste- riores, incluso ni en el importan- tísimo y trascendental Congreso de Unificación celebrado en 1984 (del que ahora también se cumplen 35 años). Tenemos la convicción de que en la celebra- ción de estos aniversarios habrá ocasión de ello. Por el contrario, queremos presentar lo que es la re- alidad actual de CGT, la verdadera, auténtica y compleja realidad de la organización anarcosindica- lista con mayor nivel de afiliación e implantación social y sindical de todo el mundo, con lo que ello supone a nivel nacional e in- ternacional.

Y queremos incidir en ello, por- que han sido 30 años de intenso trabajo, de coherencia, honestidad, ética libertaria y respeto por las señas de identidad del anarcosindi- calismo. Todo ello, sin renunciar a la heterodoxia a la que conduce ne- cesariamente el devenir de los tiempos y el pensamiento libre.

Es muy importante reconocer este trabajo sistemático, planifi- cado, de compromiso militante con el anarcosindicalismo y el pensamiento libertario, ya que, en estos 30 años, el mundo de la imagen, la publicidad, los medios de comunicación, ahora las redes sociales, han sido determinantes a la hora de reconocer la realidad. La CGT ha sufrido en estos 30 años, por una parte, el muro de si- lencio al que ha sido sometida por los grandes medios de comunica- ción de masas (siempre al servicio del poder y de los intereses em- presariales) y, por otra parte, el desconocimiento del significado de unas nuevas siglas que irrumpían en el panorama sindical del país con la intención de abrirse camino y cambiarlo.

Las siglas CGT eran nuevas en un panorama sindical, un pano- rama mediático, sobresaturado de información. Unas nuevas siglas de las que se ignoraba su historia, su origen, su ideología, sus princi- pios, tácticas y finalidades. Sin embargo, con las siglas CNT, el trabajo sindical y social se «facilita, se facilitaba».Todo el mundo sabe la historia, el modelo sindical y social de esas siglas.

En consecuencia, es indiscutible el éxito, la valoración positiva, el reconocimiento, que desde todos los puntos de vista, debemos hacer de estos 30 años, y más exacta- mente, a las miles y miles de personas, que desde el anonimato, desde su militancia, desde su compro- miso ideológico con el anarquismo, con el pensamiento libertario, han sido capaces de conseguir que el anarcosindicalismo sea una realidad con capacidad de intervención para la transformación social.También, el reconocimiento con todas aquellas personas que, desde su compromiso con la gestión orgá- nica de la CGT, han sido coheren- tes con ella sabiendo ocupar la gestión y representación de la orga- nización, sin dirigismos, ejecutivismo o burocratismo.

Sin duda, han existido y existen«borrones, nubarrones» en el palpitante devenir del día a día de la organización. Pero la organización ha sabido ir creciendo, avanzando, en ser la herramienta útil que la clase trabajadora, el precariado como lo califica el economista Guy Stan- ding, necesita, sabiendo sortear los intereses personales, las injerencias interesadas de organizaciones y personas que han intentado ante- poner sus intereses partidistas frente a las señas de identidad de una organización libertaria y anar- cosindicalista como es CGT.

La CGT está en condiciones de presentarse a la sociedad de hoy como una extraordinaria herra- mienta de lucha. Una herramienta que tiene claro que sin su sistema de funcionamiento asambleario y autogestionario es imposible avan- zar en la transformación social. Una herramienta que cada vez más está integrada por personas jóvenes que sufren la explotación y preca- riedad y que trabajan en los nuevos sectores laborales que el capita- lismo globalizado y el desarrollo tecnológico están configurando.

La CGT, como se define en los artículos 1 y 2 de sus estatutos confederales, es una organización anarcosindicalista y, por tanto, de clase, autónoma, autogestionaria, federalista, internacionalista y li- bertaria. Una organización an- tiautoritaria, garantista de la individualidad, del pensamiento libre y, con ello, continuadora de la más pura y honesta tradición li- bertaria, anarquista, revoluciona- ria, feminista (Federación de Mujeres Libres, 1937).

La CGT que surge en 1989 se siente y considera heredera del movimiento obrero antiautoritario iniciado en 1864 cuando se constituyó en Londres la Iª Inter- nacional (AIT); de la Federación Regional Española de 1870; de la CNT creada en 1910,  cuando los trabajadores  y  trabajadoras decidieron dar un paso más en sus herramientas organizativas, cansados de tantas luchas, sufri- mientos, muertes siempre al ser- vicio de otras clases sociales que los manejaban y explotaban, siem- pre haciendo la revolución de otras clases.

En una recientísima entrevista realizada por Pablo Rivas al historiador Julián Vadillo con mo- tivo de la publicación del su buen libro Historiade la CNT.Utoa,pragmatismoy revolu-ción, éste  afirma que la CGT, como organización que nace de la ruptura con CNT, «tampoco ha logrado conectar con la clase trabajadora como ellos espera- ban. No ha logrado aglutinarse como un sindicato y una alter- nativa eficiente».

Frente a esta apreciación per- sonal, previsiblemente fruto del desconocimiento, decir que CGT ha conseguido que el anarcosindicalismo sea una rea- lidad hoy, una realidad en las lu- chas sindicales de las principales empresas y sectores del país.

CGT no tiene compromisos con el Estado, ni la Iglesia, ni la patronal, ni los partidos políticos. Solo dispone del trabajo de su militancia, de sus recursos y de los derechos sindicales conquistados tras siglos de luchas. CGT hoy se debe a su proyecto, a su realidad sindical y social, a los casi dos centenares de sindica- tos activos que la componen, a las decenas de locales abiertos en toda la geografía del país, a las miles de personas afiliadas, a las miles de delegados y delega- das sindicales que ejercen en las miles de empresas públicas y pri- vadas en las que CGT tiene sec- ciones sindicales.

Además, el proyecto sindical y social de CGT está integrado en unas importantes relaciones inter- nacionales a través de la Coordi- nadora Roja y Negra, la Red Sindical Internacional de Solidari- dad y de Luchas o el movimiento zapatista. Así mismo, se ha dotado de un prestigioso y eficaz Gabinete Jurídico Confederal, Gabinete de estudios, Escuela de formación, servicio de publicaciones, perió- dico mensual RyN, revista LibrePensamiento, Gabinete de Prensa, televisión RyN, Ruesta… un pro- yecto real, palpable, que utilizan a diario miles y miles de trabajado- res y trabajadoras y personas en general que intentan contrarrestar y resistir a la oleada de liberalismo galopante que arrasa al mundo en estos tiempos.

Son 30  años  de CGT  y  mu- chos siglos más luchando contra el poder y contra el Estado orga- nizado que lo ejerce contra el pueblo. Años de revolución, de disidencias, de subversión, de lu- chas… contra las dictaduras, de lu- chas contra emperadores, césares, papas, reinos, feudalismo, política profesional, patronal, jefaturas, em- presariado, presidencias de Estado, de bancos, de multinacionales.

30 años y muchos siglos más lu- chando contra las clases sociales, la aristocracia, contra la burgue- sía, contra el ejército, contra la Iglesia, contra las fuerzas fácticas que mantienen las instituciones opresoras.

30 años y muchos siglos más lu- chando por la defensa de la igual- dad real en todos los planos de la vida, la igualdad real entre hom- bres y mujeres, entre culturas, len- guas, pueblos, entre la armonía de nuestra relación con la naturaleza y nuestra vida en el planeta.

30 años defendiendo el apoyo mutuo como herramienta que hemos desarrollado los seres hu- manos para avanzar en lugar de la competición y la selección del más fuerte que propone el darwinismo social, el neoliberalismo, el capita- lismo. Apoyo mutuo para avanzar, para resolver problemas, para mejorar nuestra  existencia como seres vivos.

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