Delegación de mujeres de CGT al Sáhara: Solidaridad y hermandad frente al aislamiento

La Confederación General del Trabajo (CGT) acude hoy a los territorios saharauis para llevar a cabo un acto de hermanamiento con las mujeres y hombres del Sáhara. Lo hacemos a través de una delegación de mujeres de CGT que transmitirán el apoyo y la solidaridad de toda nuestra organización con el pueblo saharaui. La CGT quiere destacar con la llegada de nuestra delegación la hipocresía del gobierno español al recomendar que no se viaje a los hospitalarios y amigos territorios saharauis, manteniendo así una política de aislamiento de nuestras hermanas y hermanos que desde CGT no vamos a consentir. Nuestra organización siempre estuvo, está y estará con el pueblo saharaui y su lucha.

La CGT, expresa su indignación por el reconocimiento del régimen de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en el Boletín Oficial del Estado y exige una rectificación en la política exterior del gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en relación a la antigua colonia española. Desde la CGT queremos expresar nuestra indignación por lo ocurrido, que se suma a una serie de olvidos y dejaciones por parte del Gobierno español en su relación con el Sáhara en los últimos años. Hay que recordar que en 2022 Pedro Sánchez dirigió una carta al rey Mohamed VI reconociendo el plan de autonomía marroquí como la solución «más seria, realista y creíble» acabar con el conflicto. Este hecho gravísimo demuestra la falta de voluntad del gobierno español por resolver una situación clara de colonialismo y ocupación marroquí del territorio saharaui. Lo ocurrido tras la publicación del BOE ha provocado una denuncia del Frente Polisario que apoyamos desde CGT. No es la primera vez que el Polisario se queja de que mapas del Ejecutivo o dependencias consulares no incluyen por ejemplo la línea divisoria discontinua entre el territorio del Sáhara Occidental y Marruecos, «el Sáhara ocupado» y que Rabat –a pesar de las resoluciones internacionales- califica de «Sáhara marroquí».

La postura del gobierno español siempre ha manifestado un absoluto cinismo respecto al derecho del pueblo saharaui a su libre determinación. El estado español no puede validar los asesinatos, torturas, violaciones y persecuciones perpetradas por el gobierno marroquí y que sufren miles de personas saharauis. Tales actos convertirían a España en cómplice de crímenes contra la humanidad y del exilio de todo un pueblo durante casi 50 años. Hay que recordar que el conflicto del Sáhara es el segundo más antiguo reconocido por Naciones Unidas tras el del pueblo palestino. No puede existir contrapartida alguna que compense la connivencia con los asesinos y torturadores. Las políticas de vecindad no pueden estar basadas en el chantaje. No podemos convertir en garante de nuestras fronteras a quien no garantiza los derechos humanos. La externalización de nuestras fronteras nos acerca a la cada vez más bárbara desigualdad global y la pérdida de estándares en la protección de los derechos humanos.

La clase trabajadora en el estado español es abrumadora y clamorosamente favorable a la posición saharaui. No solo en las encuestas, también porque son muchos años de solidaridad y muchos lazos de amistad los que refuerzan una especial relación entre nuestros pueblos. Así, este gobierno no solo traiciona a los saharauis, sino a su propia ciudadanía. Desde CGT consideramos que la posición del gobierno es inaceptable y exigimos a España responsabilidades como potencia descolonizadora en el Sáhara Occidental, según reconocen las Naciones Unidas. Asimismo, apoyamos y seguiremos todas las acciones de presión para que el estado español cumpla con el derecho internacional, las resoluciones aprobadas y los compromisos de autodeterminación del Sáhara Occidental. Del mismo modo, seguiremos colaborando y promocionando todas las campañas de solidaridad internacional con el pueblo saharaui, cuya principal reivindicación es la de existir, algo negado por la dictadura marroquí. Es la suya, en definitiva, una lucha por la vida y la dignidad.

Como CGT queremos transmitir todo nuestro apoyo a su lucha que mantiene desde hace muchos años por su derecho a la autodeterminación, es decir, a decidir sus propias formas de gobierno, cómo desarrollarse económica, social y culturalmente, el derecho a no tener injerencias externas de ningún otro pueblo o Estado. El derecho a la libre determinación de los pueblos es un derecho que como seres humanos tiene la población saharaui, y que podrá materializarse cuando se celebre un referéndum. Precisamente, el 29 de abril de 1991, Naciones Unidas reconocía en la Resolución 690, la necesidad de llevar a cabo un referéndum de libre determinado del pueblo del Sáhara Occidental. Sin embargo, décadas después, este pueblo sigue sin poder lograr su independencia.

El pueblo saharaui lucha por la vida, por su derecho a existir, esta es su principal reivindicación, y siempre se les ha negado desde el Estado de Marruecos con la complicidad de la Comunidad Internacional. El régimen dictatorial alauita continúa acosando al pueblo saharaui, e impide que puedan organizarse como tal ejerciendo su poder a través incluso del chantaje a otros Estados, como es el caso del español.

La Confederación General del Trabajo (CGT) es un sindicato anarcosindicalista, anarcofeminista, de clase y combativo, e internacionalista, es decir, entendemos que la lucha de la clase trabajadora traspasa fronteras, más allá de los límites que los Estados pretenden imponernos con lindes y banderas. Entendemos que, como miembros pertenecientes a la clase obrera, debemos estar al lado de todos nuestros iguales, independientemente de donde les haya tocado nacer. La lucha del pueblo saharaui es también nuestra lucha, y siempre hemos mostrado nuestra solidaridad y nuestro compromiso por un Sáhara libre. Además, CGT como organización anarcosindicalista, quiere destacar que entiende las dificultades a las que se enfrentan las y los saharauis para conseguir sus plenos derechos en el contexto en el que viven, pero también es cierto que como pueblo han dado muchas veces al mundo grandes lecciones de dignidad. La capacidad de esfuerzo, lucha, persistencia de estas compañeras y compañeros es infinita, por eso siempre tendrán nuestro reconocimiento, nuestra solidaridad y nuestro compromiso en su pelea política, social y en la conquista de todos sus derechos.