25 años de las siglas CGT, 30 años del Congreso de Unificación

Estos aniversarios están lo suficientemente alejados ya en el tiempo como para haber adquirido cierta perspectiva histórica que nos permita evaluar con un mínimo de rigor y objetividad lo que ambos acontecimientos representan para el devenir del anarcosindicalismo en nuestro país y a nivel internacional.

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Estos eventos son tan contundentes y relevantes que merecen nuestra atención, merecen que nos paremos un instante e intentemos reflexionar en voz alta sobre lo acontecido, sobre su significado e impacto en la forma de interpretar la lucha sindical y social de la organización.
Sin duda, el reconocido históricamente como IX Congreso Extraordinario de Unificación de la CNT, define las renovadas señas de identidad de lo que hoy es la CGT, que no son sino una nueva forma de hacer anarcosindicalismo a finales del siglo XX y previsiblemente en el siglo XXI, que no son sino la actualización y adecuación de los principios, tácticas y finalidades de la organización fundada en 1910 “a la sociedad -que no al sistema al pueblo trabajador a quien a fin de cuentas se debe”.
Hace ahora justo treinta años, el 28 y 29 de junio y 1 de julio de 1984 en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid, bajo el lema “Unidad para Avanzar” tuvo lugar el IX Congreso Extraordinario de Unificación entre los sindicatos que venían organizados en torno a la denominada CNT-Congreso de Valencia desde 1980 y la mayoría de los sindicatos confederados en la CNT-AIT.
La celebración de este IX Congreso supuso un enorme esfuerzo de encuentro, coordinación y organización entre estos dos bloques de sindicatos, alcanzándose finalmente unos Acuerdos de integración para que el anarcosindicalismo recuperara el espacio que había perdido entre la clase trabajadora desde los primeros años de la Transición, desde el fin de la dictadura, un espacio perdido en beneficio de un sindicalismo claramente reformista, jerarquizado, profesionalizado, burocratizado, pactista, institucional como era el sindicalismo de CCOO y UGT.
El anarcosindicalismo unificado en 1984 debatió, en un primer apartado sobre estrategia sindical y en un segundo sobre normativa orgánica.
En el primer apartado abordó el debate sobre las elecciones sindicales, la acción sindical en la empresa, el modelo y marco de la negociación colectiva, el marco jurídico y sindical de la Ley Orgánica de Libertad Sindical (LOLS) así como la reforma agraria, esencialmente, en Andalucía. Con respecto a la normativa orgánica, el Congreso trató sobre la elección de la secretaría general, la composición del secretariado permanente, la duración del mandato, la representación proporcional de los sindicatos, las federaciones de industria, su estructura orgánica, la determinación de la cuota, su distribución así como el plazo de elaborar unos nuevos estatutos para esta organización unificada.
También se ocupó de las relaciones internacionales y concluyó con una Declaración de Unificación Confederal aprobada por aclamación. Entre los acuerdos, resalta por su posterior trascendencia sobre la forma, que no sobre el fondo del anarcosindicalismo, la decisión de presentarse a las elecciones sindicales, con la intención de vaciar de contenido a los Comités de Empresa y devolver el protagonismo a las secciones sindicales, a las asambleas de las y los trabajadores.
La participación en las elecciones sindicales no afecta a las señas de identidad del anarcosindicalismo, no afecta a la acción directa, ni a la autogestión, ni al antiparlamentarismo, ni al antielectoralismo o el antiestatismo.
Animamos a consultar estos jugosos acuerdos:

http://in-formacioncgt.info/juridico-sind/acuerdos-conf/congreso-09.pdf
Cinco años después del Congreso de Unificación, como consecuencia de una sentencia jurídico-política del Tribunal Supremo a favor de una minoría de sindicatos de CNT-AIT no unificados, la organización se vio abocada, por imperativo legal, a celebrar en Madrid, en la Casa de Campo, el 29 de abril de 1989, el 1º Congreso Extraordinario para el cambio de las siglas, dando paso de la CNT a la CGT (CNT) para concluir finalmente como Confederación General del Trabajo (CGT).
Tanto la opción de participar en las elecciones sindicales como el cambio formal de las siglas, representan dos hitos de enorme transcendencia para el devenir del anarcosindicalismo, para su proceso de implantación entre la clase trabajadora, para enfocar la lucha social, para el propio perfil de la afiliación que ha llegado y sigue acercándose a esta organización. Sin duda, estos cambios propiciaron la expansión del sindicato, el llegar a tener presencia en las grandes empresas y sectores productivos, el recuperar esa presencia perdida, así como el aumento significativo de la afiliación, de la pluralidad y diversidad de prácticas y concepciones ideológicas de las personas que se integran en la emergente CGT.

Ya en 2009, la CGT organizó la celebración del entonces 25 aniversario del Congreso Extraordinario de Unificación, y lo hizo a través de unas Jornadas y editando un extraordinario libro recopilatorio de esos 25 años de Unidad para Avanzar junto a una Exposición conmemorativa que ha ido presentándose en diferentes localidades, exposición que todavía se sigue exhibiendo y que recomendamos. Tanto la Exposición como el Manual abordan el ingente trabajo, casi siempre anónimo, realizado para conseguir la enorme realidad sindical y social que hoy es la CGT.
El gran reto se ha superado, el reto de introducir unas nuevas siglas que se asociaran a la nueva forma de hacer anarcosindicalismo, una nueva forma de acción sindical en las empresas y de acción social junto al rico mundo de los movimientos sociales. Esta superación es algo que hemos logrado entre todas las mujeres y hombres que libremente hemos dedicado nuestra vida, nuestros esfuerzos por utilizar la herramienta CGT para luchar por la transformación social, por la justicia social. Una herramienta sin anclajes inmovilistas, sin ortodoxias que nos alejan de la realidad, sin miedo al error, pero siempre dispuesta a superar contradicciones, siempre dispuesta a sumar en lugar de dividir, recurriendo a la formación de su militancia y afiliación para comprender la grandeza de los principios, tácticas y finalidades que hemos heredado del pensamiento y de la práctica anarcosindicalista y libertaria desde la Primera Internacional bakuninista en 1864 y la CNT fundada en 1910.

Se trataba de construir una organización renovada, con nuevas secciones sindicales, con la apertura de nuevos locales, nuevos medios de comunicación…, incluso dotada de nuevos estatutos que dieran respuesta a nuevas realidades y que perpetuaran las señas de identidad del anarcosindicalismo.
Hoy la CGT es una realidad, es una herramienta de lucha útil, que se enfrenta descaradamente contra la patronal, contra el gobierno y su política social, económica, laboral, represora, contra la salida antisocial a la actual crisis, que lucha contra los ERE, los despidos, las privatizaciones, contra la corrupción, la injusticia social.
Hoy la CGT es un referente sindical y social construido desde abajo, de norte a sur, de este a oeste, con capacidad, flexibilidad, frescura, espontaneidad… para la interlocución con el amplio espectro del sindicalismo alternativo, con los movimientos sociales y las nuevas formas de movilización y organización social surgidas en los últimos años como 15M, mareas ciudadanas…

Sin duda, todas estas nuevas formas de ejercer la acción sindical, social, no son ajenas a la CGT ya que están impregnadas de procedimientos libertarios, de valores antiautoritarios, de modelos horizontales, asamblearios, de los que CGT está dotada y que ha ido divulgando, visibilizando, ha ido aportando al debate público, en sus manifiestos, sus programas, sus convocatorias, ha ido contribuyendo, en definitiva, a la construcción de esa nueva realidad de lucha sindical, social y política que está emergiendo en nuestro país.
También en el plano internacional, la CGT y el modelo anarcosindicalista que ejerce y representa, se está reconociendo en múltiples países. CGT está contribuyendo a que la llama de la rebeldía que representa el anarcosindicalismo, el pensamiento libertario, no se extinga como desean las ideologías totalitarias, neoliberales, centralistas, estatalistas, capitalistas.

Son muchas las redes de coordinación internacional, en Europa, África,América, que la CGT ha propiciado y en las que ha participado y contribuido tanto a su creación y expansión, aportando siempre de forma constructiva y poniendo sobre la mesa los valores libertarios.
Sin duda, en la evaluación que hacemos también hay espacio y necesidad para la autocrítica y para formular propuestas de mejora.
Una necesidad imperiosa es buscar fórmulas para incrementar la militancia y la participación de la afiliación ya que, mal servicio le haremos a nuestra ideología si el disponer de más recursos como delegados y delegadas sindicales con créditos horarios, se traduce en la delegación de nuestras responsabilidades, nuestros compromisos e incluso la toma de
decisiones colectiva. Mal servicio le haríamos a nuestra ideología si nos centráramos excesivamente en la lucha sindical a costa de ignorar la lucha social.

Hoy, con millones de personas excluidas, desempleadas, desahuciadas, la mera lucha sindical centrada en nuestra sección sindical y nuestra empresa, es necesaria pero insuficiente para trabajar por la transformación social. Mal servicio le haríamos a nuestra ideología si, en estos tiempos que nos ha tocado vivir, no fuéramos sensibles a que son tiempos de confluencia, de complicidades, de convergencia con el resto del sindicalismo alternativo y con la efervescencia de los movimientos sociales. Estos retos están ahí, la CGT es consciente de ello y su acción se dirige en esa dirección.
Finalmente, debemos seguir teniendo presente que el movimiento anarcosindicalista continúa profundamente dividido en diferentes organizaciones, con independencia de su mayor o menor representación entre la clase trabajadora o su inserción en la lucha social: CNTAIT, CNT-Catalunya, SO y CGT.
Afortunadamente, con el paso del tiempo, ha sido posible volver a sentarnos en una misma mesa todas estas organizaciones para formular convocatorias de huelgas, de movilizaciones, jornadas de lucha, acciones conjuntas, manifiestos conjuntos llamando la participación y movilización contra la crisis…
Así ha sucedido en los últimos años, y de forma más ostensible a lo largo de los años 2011 y 2012 con motivo de las huelgas generales contra la reforma laboral, recortes sociales, etc. Ciertamente era una coordinación que partía desde los diferentes Comités Confederales y que luego se seguía concretando en las diferentes territoriales y locales, respetando siempre la autonomía de cada uno de estos ámbitos. CGT siempre ha propiciado estos encuentros y ha participado en estos procesos respetando las posiciones de las demás organizaciones y exigiendo respeto, teniendo siempre una visión abierta y transparente, siendo absolutamente consciente que nos ha tocado vivir tiempos de unidad para seguir avanzando, como señalaba el Congreso de Unificación de 1984. Como balance final, son muchos los indicadores, señales, publicaciones, realidades, concreciones… que indican el vigor actual del anarcosindicalismo.
Sin duda CGT es responsable y ha contribuido a construir esa realidad en auge.
Larga vida al anarcosindicalismo.

Jacinto Ceacero

Publicado en Rojo y Negro nº 281, Julio 2014.