Las olas de calor han dejado de ser episodios excepcionales para ser un fenómeno recurrente. Los períodos de temperaturas altas o extremas afectan cada verano a millones de personas trabajadoras, tanto en exteriores como en interiores con mala ventilación o sin climatización adecuada. Lejos de ser una excepción, las olas de calor se han convertido en un riesgo estructural y previsible, ante el cual muchas empresas siguen sin actuar de manera responsable, especialmente en los sectores más precarizados y con mayor presencia de mano de obra inmigrante.
La siniestralidad laboral derivada de fenómenos meteorológicos adversos no hace más que confirmar lo que desde hace años venimos denunciando: la desigualdad en el acceso a condiciones de trabajo seguras, la desprotección de las personas trabajadoras y la falta de cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, tanto por parte de algunos empleadores como por la insuficiencia de medios inspectores.
La salud laboral no puede depender de la voluntad del empresario o de interpretaciones laxas de la normativa. Trabajar con calor extremo es un riesgo para la salud, incluso mortal. Por ello, debe ser tratado como tal, con protocolos colectivos, inversión real y vigilancia activa que garanticen la salud y dignidad de toda la plantilla. CGT exige medidas colectivas, inversión tecnológica y vigilancia activa de la PRL para proteger a las personas trabajadoras ante olas de calor, ente muchas otras.
Estrategias preventivas que salvan vidas
- Evaluación dinámica de riesgos: que se actualice automáticamente cuando la AEMET active avisos naranja o rojo, incorporando mapas de calor laborales. Estos mapas clasifican zonas y tareas según temperatura, humedad y radiación solar.
- Planificación de la jornada: adaptar turnos en las horas más frescas (madrugada o primeras horas de la mañana); pausas obligatorias cada 45–60 minutos en zonas con sombra o climatizadas, y posibilidad de interrumpir tareas de alto riesgo sin penalización salarial.
- Formación y capacitación: cursos sobre estrés térmico, uso correcto de EPI, y creación y entrenamiento de brigadas internas de primeros auxilios y rápida evacuación.
- Protocolos de hidratación: dispensadores de agua fría y electrolitos, y zonas de reposo ergonómicas y equipadas con nebulizadores.
- Comunicación y alerta temprana: apps internas y sistemas de megafonía que alerten en tiempo real del nivel de riesgo.
¿Cuál es la normativa de PRL que ha de cumplirse ante olas de calor?
Recordamos cuáles son las principales leyes y normas que deben seguirse ante avisos por calor:
- RDL 4/2023, de 11 de mayo. Obliga a adaptar o suspender el trabajo en caso de avisos naranja o rojo por calor. Precisa de evaluación de riesgos previa y considera características personales y biológicas del trabajador.
- RD 486/1997, de 14 de abril: establece condiciones térmicas en interiores (17–27 °C, en tareas sedentarias; 14–25 °C, en no sedentarias) y humedad relativa (30–70 %).
- Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud 2025. Éste define umbrales de activación por zonas y protocolos coordinados de información, vigilancia epidemiológica y medidas de protección colectiva e individual.
- Estrategia Española de Seguridad y Salud 2023–2027 y Agenda 2030: enmarcan estas normas en compromisos de desarrollo sostenible y derechos laborales fundamentales.
Con el calor no se juega. No basta con cumplir la letra de la ley: hay que proteger de verdad. Las inspecciones puntuales y las sanciones simbólicas perpetúan la cultura de la improvisación. Lo normal es encontrar casetas sin climatización, agua insuficiente o pausas ‘sugeridas’, en vez de quedar fijadas en convenio.
Porque ningún trabajador debería arriesgar su vida solo por cumplir con su jornada. La PRL ante olas de calor no se improvisa.
Por todo esto la CGT también reclama:
- Protocolos colectivos en convenio, con indicadores claros de temperatura umbral, humedad, ritmo de trabajo y sanciones en caso de incumplimiento.
- Presencia sindical activa en comités de seguridad, con poder de paralizar tareas sin represalias.
- Inversión en tecnologías, formación permanente y refuerzos de plantilla en periodos críticos.
- Transparencia y participación: acceso a datos de siniestralidad y registros de pausas, agua consumida y temperaturas registradas.
- La PRL ante olas de calor debe ir más allá de recomendaciones. Es preciso un compromiso sindical que transforme la práctica empresarial y de las Administraciones públicas. Exigimos convenios con cláusulas de salud térmica, inspecciones proactivas y sanciones ejemplares.
Desde el sindicato CGT, seguiremos, informando a los trabajadores sobre sus derechos sindicales, así como exigiremos a las administraciones publicas la protección de la vida de las personas ante las olas de calor. Denunciando el incumplimiento sistemático por parte de las empresas.
Es hora de organizarse, no nos esta matando el calor, nos esta matando el trabajo y la precariedad laboral impuesta por las empresas. Y no lo podemos permitir.